jueves, 17 de febrero de 2011

Historia de un tamborilero: Fabiano

Volvemos a rescatar artículos aparecidos en la Revista El Nogal para todos aquellos que no la pudieron leer o ni siquiera la conocieron y para los que la leyeron, refrescarle la memoria.
Esta historia apareció en el nº 1 de la revista (primer trimestre de 1988). Fabiano nos cuenta cómo llegó a tocar el tamboril y a animar muchas de las fiestas del pueblo.
Los más jóvenes no conocerán a mucha gente de la que se menciona aquí, tendrán que preguntar a los mayores.

Historia de un tamborilero: Fabiano

"Recuerdo...que sobre el año 1932-1933 me regalaron una gaita de los feriantes de Vitigudino que tenía 5 agujeros, pero como no era muy buena no me sirvió para aprender a tocar aunque le cogí vicio.
Por aquel entonces, Belisario tenía una flauta de cañilero (de madera) y los amigos íbamos a tocarla al portal de la señora Juana. Nos turnábamos para poder tocarla y yo aprendí dos canciones, pero ellos no lo consiguieron.
Un día encontramos en un carro (a la puerta del señor Leopoldo) una flauta de tamborilero, que parece ser era de Toño, hijo de la señora Adoración. La recogimos y nos juntamos dos que ya tocábamos a dúo. Algunos de los que estábamos eramos: Joaquín, Belisario, Constante, Sebastián, Froilán.
Así seguimos un tiempo hasta que decidimos hacer un sorteo para ver quién  se quedaba con la flauta y me tocó a mi. Pasó a ser de mi propiedad y seguí tocándola en compañía de Dionisio. Los dos pasábamos buenos ratos tocándola por la cortina "los rollos " (las antanicas).
En el año 1942 fue la primera ver que toqué en público. Ese día fue exactamente el domingo de carnaval. La razón por la que tuve que tocar fue porque el tamborilero Damián se había comprometido a tocar pero se tuvo que ir a cuidar ovejas. Yo estaba haciendo figuras geométricas para presentarlas al profesor cuando vinieron a buscarme un grupo de mozas disfrazadas de carnaval, acompañadas de Nicomedes que portaba el tamboril de señor Lucas. Entre estas mozas se encontraban: Iluminada, Lorenza, Angelina, Adela, Pura, etc. Además venían también un grupo de los muchachos de la escuela, que eran muchos. Una vez que llegaron dijeron que tenía que tocar hoy en el baile, yo les dije: "lo veo muy difícil" porque sé poco y además no toco muy bien.
Yo puse mucha resistencia, pero ellos insistieron una y mil veces, que por fuerza tenía que tocar, ya que yo sabía más que ellos. Este es el argumento que ellos decían. Por fin cogí la gaita y nos fuimos al corral de Paula, donde estuvimos toda la tarde ... y la gente se divertía, ya que decían: "esto es carnaval y en carnaval todo pasa".
Todo el mundo se disfrazaba en los carnavales durante 3 días, de día y de noche, preparando las chicas las meriendas y los mozos en la taberna que estaba en la casa de "Chuchín".
Desde ese domingo no volví a tocar solo en público hasta el día de San Vicente del siguiente año. Ese día fue muy conflictivo ya que estuvo a punto de caerse la puerta de la escuela. A partir de ahí tocaba muchos domingos en el juego de pelota y yo decía que hasta que no pusiera la luna por el álamo del tío Miguel no se terminaría el baile.
Pero después volvió otro conflicto: éramos dos tamborileros y unos querían que tocara Damián y otros que tocara yo.
Lo que sucedió fue que acabó peleándose la juventud y por eso el alcalde (señor Germán) prohibió que se hiciera baile. Para arreglarlo, el señor José Manuel dijo que Damián tocara los domingos en la misa y yo en el baile. Me pagaban una cuota, primero de 2 pesetas y después de 1 duro que me daba cada mozo por mes.
Recuerdo que yo tocaba las enhorabuenas, cuando alguien se casaba. El novio daba un convite a los mozos y la novia a las mozas. Después del baile de la noche era costumbre que el novio bailara con todas las mozas y la novia con todos los mozos. Para tocar una de esas enhorabuenas se estrenó el tamboril que tengo actualmente, fue la boda de José y María.
Otra costumbre era que cuando venía una moza o mozo forastero se hacía baile fuer la época que fuera.
Al contrario que otros tamborileros, yo no acostumbraba a tomar bebidas y mi norma fue: "no das apenas descanso y tocar la marcha cuando ya me dejaban solo"
No tengo canciones preferidas, disfruto mucho tocando y la duración es a gusto del que baila.
En el mes de junio del año 1965 dejé de tocar, ya que los mozos compraron un tocadiscos y me dijeron: "Fabiano, por ahora puedes colgar", y yo así lo hice. Desde entonces no volví a tocar hasta el año 1978 o 1979 en el día del Sagrado Corazón de Jesús. Así voy tocando según me van pidiendo.
Ultimamente, en el pasado San Vicente, me fue entregada una placa conmemorativa que guardo con gran cariño.
Este sábado de carnaval del año 1988 tenía previsto tocar en el baile de disfraces pero muy a pesar mio no pude ir por sufrir "accidente laboral".
Por último diré que deseo a las nuevas generaciones que se diviertan tanto como se divirtieron las que existían cuando yo era tamborilero en activo"

Con esto nos damos cuenta todo lo que ha cambiado el pueblo.

3 comentarios:

  1. Que gran Fabiano! Cuantos buenos ratos hizó pasar, y siempre de buen grado. No estaba mal eso de hacer baile cuando venia un mozo o moza nuevo al pueblo... que bien se lo montaban.

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  2. me ha gustado mucho leer esto, cuanto ha cambiado el pueblo

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  3. Lo de irlo a buscar llevaba su miga.Mientras unos lo metiamos en el coche otros intentando acallar a Oliva pero él siempre dispuesto era el que más disfrutaba.Gracias Fabiano por los momentos tan gratos que me hiciste pasar sobre todo en ese poyo que era una universidad de sapiencia.

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