lunes, 25 de mayo de 2009

Verano de 1990

(...)Delante de un mapa detallado de Escuernavacas, hemos querido conocer nuestros alrededores más pintorescos y hemos puesto en marcha un plan de pequeñas excursiones...Y es que a veces no es necesario irse lejos cuando nuestro entorno puede ser precioso y tener interesantes cosas que descubrir.
Iniciaciones nuestras dotes de exploradores saliendo a conocer Pedro Alvaro, por eso de que quizá conservaba la magia y el encanto de los pueblos deshabitados. Después de caminar durante dos horas, nos encontramos con que el pequeño pueblo era de lo más normal; un grupo de casas vacias, un asfixiante calor...y mucha sed.
Encestábamos agua a toda costa...cien metros más abajo y ante nuestros ojos una fantástica piscina natural, un inmenso río solitario (el Yeltes)(...)
Cuando salimos de casa no contábamos con la posibilidad de un baño tan placentero y no llevábamos bañador, pero el río nos acogió igualmente vestidos.
(...) Eran las 9 de la noche y debíamos iniciar el camino de regreso, las do horas que nos quedaban por recorrer iban a ser más llevaderas después del remojón, pero aún así entramos en Escuernavacas completamente oscurecido y algunos con ampollas en los pies.
(...)Decidimos que teníamos que volver y rápidamente se corrió la voz, así que las salidas a Pedro Alvaro se repitieron, pero ya no andando sino en remolque.
Otro día decidimos ir a conocer la antigua ermita de Huebras, hoy en ruinas. Está situada a 3km de Pozos, pero en realidad pertenece a la parroquia de Villares. Dicha ermita parece que fue construida en 1691, conociendo años de máximo esplendor. Actualmente y desde hace algún tiempo se mantiene en ruinas, coservando el esqueleto que nos indica lo grande y bonita que fue en otra época.
Ese día nos reunimos casi todos los niños del pueblo y varios jóvenes para ir a bañarnos al río a la vez que aprovechábamos para ver la ermita.
Pero allí el río no estaba en muy buenas condiciones para bañarse pues estaba lleno de vegetación, lo que no impidió que los más valientes se lanzaran al agua sin contemplaciones, aunque lo mejor fue la ducha que nos dimos en la huerta de Serafín con la manguera de regar, eso sí, le pisoteamos todo lo sembrado y se lo inundamos de agua.
No se puede decir que nos hemos aburrido este verano con todas las actividades que hemos tenido, pues cuando no salíamos fuera del pueblo nos reuníamos todos para preparar algo como meriendas, bailes, ensayos.
Y esto fue sólo en el mes de julio, el primer día de agosto lo celebramos con una cena para los jóvenes en la Casa Grande y ....

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