Después de la guerra civil española escaseaban los alimentos en España y la dictadura de Franco decidió controlar la distribución de alimentos asignando a cada persona cierta cantidad de los productos básicos: azúcar, arroz, aceite, pan, judías ... estos productos se recogían con la cartilla de racionamiento, que funcionaba mediante cupones.
Estas cartillas se establecieron el 14 de mayo de 1939 y se suprimieron en 1952.
El suministro lo designaba la Comisaría General de Abasto que cada semana anunciaba públicamente el porcentaje, la cantidad y precio de los alimentos que adjudicaba.
Cada persona tenía asignada la tienda que podía utilizar, en el pueblo era la casa de Esperanza, que era la única tienda que había.
Las cartillas eran de 1ª, 2ª y 3ª categoría dependiendo del nivel social, el estado de salud y el tipo de trabajo del cabeza de familia. En el pueblo todos tenían la misma categoría.
Estas eran algunas de las advertencias que se hacían al entregar la cartilla de racionamiento personal:
- La Colección de cupones de racionamiento es personal, no alcanzando, por lo tanto, sus beneficios más que a su titular, a quien en todo momento puede exigírsele justifique la propiedad de la Colección de cupones con la correspondiente tarjeta de Abastecimiento.
- Con esta Colección de Cupones podrán adquirirse artículos sin condimentar en las tiendas, economatos y cooperativas en que estuviera inscrita, cuando se use en la misma localidad (Municipio) de la Delegación de Abastecimientos y Transportes que la expidió; si se usa en otra localidad, los artículos sin condimentar sólo podrán adquirirse en las tiendas que al efecto tenga designadas cada Delegación. Si los artículos son condimentados podrán adquirirse en cualquier establecimiento del territorio español que los faculte en esa forma.
- Para usar los cupones de racionamiento, que los cortará quien entregue los artículos, deberán presentarse en unión de la cubierta.
- Para adquirir artículos en tiendas, economatos y cooperativas, sólo serán válidos los cupones de la semana corriente.
Con la imposición de los precios bajos y con el control de mercancías por parte de la Comisión de Abastos creció el mercado negro, llamado el estraperlo.
Por el pueblo venían portugueses vendiendo estraperlo, sobre todo café, y gente de la sierra que vendía aceite. Tenían que estar atentos y escapar con tiempo de la guardia civil.
Los productos que se entregaban con las cartillas eran básicamente: garbanzos, boniatos, bacalao, aceite, azúcar y tocino. Más o menos, esto era lo que incluía una cartilla para una persona y una semana (podía variar dependiendo de las necesidades y cantidad de alimentos que circularan por el mercado en cada momento):
- un cuarto de litro de aceite
Rara vez se comía carne, leche o huevos. Esto en el pueblo era distinto que en las ciudades, (siempre se dice que en los pueblos se pasó menos hambre que en las ciudades) porque la gente tenía gallinas y cerdos por lo que comían carne y huevos; tampoco incluía la cartilla patatas ni garbanzos, porque se sembraban, ni pan porque entregaban el trigo que sembraban y le daban la harina (esto lo explicaremos en otro post).
Por estas fechas en el pueblo no había luz y se alumbraban en las casas con faroles de petróleo, la venta del petróleo también estaba controlada, se repartía en Viti un día señalado y en el pueblo se acuerdan de ir a Viti por la noche para hacer cola el día que se vendía, ya que se solía acabar.
Cuando nos contaban en el pueblo lo de las cartillas nos decían que allí había sidopoco distinto de lo que se contaba en las ciudad ya que incluso se podían comprar los alimentos racionados sin la cartilla pero a un precio más alto y que no se pasó hambre porque ellos tenían sus cerdos, sus gallinas, patatas, garbanzos, el trigo para el pan …