jueves, 26 de septiembre de 2013

Canto al arado

A algún agricultor muy creyente, algún día de duro trabajo en el campo se le ocurrió relacionar la pasión de cristo con su trabajo en el campo y una de sus herramientas de trabajo, el arado.
Escribió este poema (canción), que a la vez nos permite conocer todas las partes del arado.
En el pueblo recuerdan que las mujeres la cantaban de vez en cuando.
Aquí os la dejamos para que la conozcáis.




El arado cantaré, 
sus piezas iré explicando
y de la pasión de Cristo
los misterios contemplando.
el dental es el cimiento
con se forma el arado, 
y nos recuerda al buen Dios,
que amparo es de los
cristianos.
La reja será la lengua
la que todo lo decía,
para alabar al Señor
y la Sagrada María.
La cama será la cruz
la que Dios tuvo por lecho
todo el que siga su luz, 
verá en su alma provecho.
La telera y la clavija
ambas juntas hacen cruz,
consideremos cristianos
que en ella murió Jesús.
Las orejas son dos:
Dios las abrió con sus manos
y significan las puertas
de la gloria que esperamos.
El barreno que atraviesa
por el dental y la cama, 
es el clavo que traspasa
aquellas divinas palmas.
El barreno que atraviesa
por la punta del timón
es el clavo que traspasa, 
los pies de nuestro Señor.
El timón que va derecho,
si así lo pide el arado,
significa la lanzada,
de Jesús en su costado.
El yugo será el madero
donde a mi Dios le
amarraron;
las cayundas los cordeles
con que sus brazos ataron.
El gañán el cirineo
que a Cristo le ayudaba
a llevar la Santa Cruz
de madera tan pesada.
La ahijada que el gañán 
lleva,
apuñada entre sus manos,
verás en ella la vara
con que a Cristo le azotaron.
Los tropiezos que se 
encuentra
el gañán cuando va arando,
significas las caídas
que dio Cristo en el Calvario.
El agua que el gañán 
lleva
metido en el botijón,
significa la amargura
que bebió nuestro Señor.
La semilla que derrama
el gañán por aquel suelo, 
significará la sangre
de Jesús el Nazareno.
Los bueyes son cual
sayones
que a Cristo le llevaron,
desde la casa de Anás,
hasta el monte del calvario.
Los collares son las fajas
con que le tienen atado;
los cencerros los clamores
cuando le están enterrando.
Padres, los que tenéis hijos
y habéis oído el arado,
cuidad que en su educación
sea de ellos Cristo amado.
Ya se terminó el arado
de Jesús en la pasión; 
esperemos con María
su pronta resurrección







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