(Antigua canción de niñas)
Las hijas de Merino
Mamá déjame salir
un ratito a la alameda,
con las hijas de Merino
que llevan rica merienda.
A la hora de merendar
se perdió la más pequeña,
su madre la anda buscando
calle arriba, calle abajo
calle de Santo Tomás.
Donde la vino a encontrar
en un portalito oscuro
hablando con su galán,
y en sus palabras decía:
mi abuelo tenía un peral
que criaba peras finas
y en la ramita más alta
había una pajarita,
por el pico echaba sangre
y con las alas decía:
Qué tontas son las mujeres
que de los hombres se fían,
a los hombres garrotazos
y a las mujeres rosquillas
y a las niñas de este corro
un platito de natillas.
Mamá déjame salir
un ratito a la alameda,
con las hijas de Merino
que llevan rica merienda.
A la hora de merendar
se perdió la más pequeña,
su madre la anda buscando
calle arriba, calle abajo
calle de Santo Tomás.
Donde la vino a encontrar
en un portalito oscuro
hablando con su galán,
y en sus palabras decía:
mi abuelo tenía un peral
que criaba peras finas
y en la ramita más alta
había una pajarita,
por el pico echaba sangre
y con las alas decía:
Qué tontas son las mujeres
que de los hombres se fían,
a los hombres garrotazos
y a las mujeres rosquillas
y a las niñas de este corro
un platito de natillas.
Charo Blanco
Yo nunca la había escuchado, pero muy bueno el estribillo, jeje
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