Se acabó la fiesta, estamos de lunes, con sueño y nostalgia porque tendremos que esperar un año para el próximo San Vicente.
Como todos los años, lo hemos pasado bien, unos mejor que otros y algunos más borrachos que otros, pero todos hemos estado entretenidos.
Lo mejor de todo, haber podido ir y volver a casa, a pesar del mal tiempo.
Para los que se lo han perdido les cuento, que el viernes bailamos y bebimos al son de la música elegida por el novio de Sara (siento no saber su nombre.....), que se lo curró bastante y nos hizo disfrutar.
El sábado fuimos todos a misa, luego a la procesión de San Vicente para continuar con la procesión de San Miguel, algunos le daban a la 0,0 porque no le quedaba más remedio.
Los más atrevidos estuvieron toda la tarde en el tele-club, aguantando el calor, el humo del tabaco y de los puros y las voces de los jugadores de cartas, que se estaban enfrentando para ganar un gran trofeo, ¡un cordero¡ al que todos pudimos ver colgado del techo del cocedero (¿bonita vista?)
Al final, los corderos se fueron para Yecla y para Bilbao, enhorabuena a los ganadores y bon apetit!.
A las ¿24:30?, nos fuimos al salón para bailar, con una orquesta que hizo lo que pudo, aunque se tomaban su tiempo…
Gracias al alcalde que tuvo algunos problemas para encontrar un grupo, no le podemos pedir más.
Lo importante es que lo disfrutamos.El tradicional chocolate de madrugada estuvo rico rico, acompañado con magdalenas dignas de mención por su tamaño y por su sabor.
Este año el mal tiempo impidió la comida del domingo al sol de la puerta del tele, pero como hay recursos para todo, se pudo celebrar dentro del bar.
Gracias a las personas que se molestaron en limpiar, cocinar, servir y entretener.
Y esto es todo amigos…