sábado, 29 de septiembre de 2012

Más pueblos libres

En 2008 celebramos en Escuernavacas el centenario de la compra del pueblo por parte de los vecinos por un total de 131.000 pesetas

Pero nuestros antepasados no fueron los únicos, en Formariz (provincia de Zamora) también compraron su libertad, aunque unos años más tarde.

Os dejamos aquí un artículo interesante sobre la compra de este pueblo zamorano:

"El escritor gallego Suso de Toro vuelve a la tierra de su padre, en Zamora. Un pueblo libre desde que en 1912 sus 53 vecinos compraran al terrateniente todas las tierras de labranza"

"...En 1912,  los colonos compraron mancomunadamente las tierras del amo. Hace cien años empezó aquella aventura, nació un pueblo de gente de un nuevo linaje, pobres pero dueños

... Un siglo después de nacer el pueblo, el año es seco, hasta la Llagona, la pequeña laguna cercana al pueblo, está seca. El agua, siempre buscándola con sed personas y animales. Hoy los pueblos de Sayago tienen agua corriente a cambio de ver sus mejores tierras bajo un embalse, pero antes hubo que abrir fuentes comunales y luego pozos a pico y pólvora. Tantos sudores conseguirlo todo. El agua, hace cien años, la tierra. Capitaneados por el cura, don Cipriano, que luego actuaría como una especie de alcalde autoritario y mal avenido, 47 vecinos, “un pastor y los demás labradores”, y seis vecinas, “viudas, dedicadas a las ocupaciones de su sexo”, le compraron a don Ángel Calderón y Ozores la dehesa de Formariz de “3.610 fanegas de marco provincial”

...Sayago es pobre, Formariz, además, es austero. Una austeridad y un espíritu comunitario que viene de ese nacimiento tan sacrificado, trabajos esclavos para pagar las deudas. Sobre el pueblo cayó la sombra de la emigración a América, a Europa, a Madrid y Barcelona, encajó el golpe del Movimiento Nacional conservando el espíritu comunitario y protegiéndose de los falangistas que llegaban de la cercana Fermoselle

... La escuela está cerrada desde los años sesenta, de aquel pueblo de cien niños hambrientos se pasó a este, que solo tiene un niño de once años, Víctor, y una niña de siete, Cintia. Hoy no les falta que comer a los niños en este pueblo de ancianos. Aunque también hay seis rebaños y unas seis mil ovejas que salen cada madrugada a pacer a los campos. Y todavía pervive un resto de orgullo de quienes se creyeron pobres y libres, y late el deseo de decir que este pueblo existió, que este pueblo resiste..."

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