Estamos de vuelta del verano y lo primero que queremos hacer es dar el pésame a toda la familia de Águeda Blanco, que nos dejó el 31 de julio.
Aprovechamos para dejar aquí la carta de despedida que Lidia Martín ha escrito para Águeda.
Escuernavacas, 1.8.2011
Querida Águeda:
Si por ahí por el infinito te encuentras con mi hijo Jacinto, le das un abrazo muy fuerte de mi parte y le dices que lloro mucho su ausencia.
A tí no dudo que el Señor te habrá preparado en su Reino una mesa muy grande, muy grande con muchos papeles y muchos bolígrafos para que sigas escribiendo esos versos y esos poemas que tú hacías tan bonitos, y como querías mucho a los niños la virgen María habrá pedido a su hijo que envie un montón de angelitos para que estés siempre alegre y feliz.
Te has ido con todo el cariño de todo el pueblo de Escuernavacas ¡ y con el mio en particular!
(esto se lo quise decir en la iglesia, pero me abandonó la emoción y la fuerza)
Lidia Martín
Este año está siendo duro para algunas familias del pueblo, mucho ánimo para todas ellas.
Me gustaría enviar mucho ánimo a toda la familia de Águeda, espero que con el tiempo lo vayan superando, todos lo vayamos superando.
ResponderEliminarBonita y emotiva carta, Lidia.
Es verdad que este verano ha sido especial en el pueblo, se respiraba cierto aire de tristeza, solo espero que este aire cambie pronto.
Águeda,
ResponderEliminarpronunciar tu nombre es saborear tus exquisitas tartas y mermeladas, tus zumos riquísimos e imposibles.
Tu nombre es olor a campo, a invernadero, a aire libre y a calma.
Evocar tu nombre es sentir el sol, durante las tardes de primavera, en alguno de los poyos de tu "paraiso", o el calorcito en los pies, en las noches de invierno, gracias a los calcetines jaspeados y tan amorosos que tejías.
Recordarte es ver tu larga melena rubia, siempre brillante y divina, tu piel bronceada y tu sonrisa, siempre tu sonrisa.
Pensar en ti es sentir el sosiego que transmitías con tu voz, cuando hablabas de tu mundo, de tu forma particular de concebir la vida.
Siento un profundo agradecimiento porque hayas sido mi amiga.
Antonia.
Muy emotivas las palabras de Lidia y las de Antonia.
ResponderEliminarYo recuerdo cuando ensayábamos con Águeda los bailes y obras que haciamos en el pueblo en verano, y recuerdo que algún verano también nos ayudó Jacinto.
Ahora no están, pero los recordamos con cariño.
Ánimo para las familias.
Creo que con los comentarios tan emotivos y poéticos que habéis escrito ya habéis dicho todo lo que se puede decir. Sin embargo, quisiera transmitir también mis sentimientos porque para mí Águeda fue alguien muy especial por muchas razones.
ResponderEliminarDecir Águeda es definir lo etéreo. Me viene la imagen de un ser, mitad sirena mitad hada, que se deslizaba por el pueblo dejando a su paso un aura de paz.
Decir Águeda es recordar la risa de los niños poniendo música a la ilusión de haber sido invitados a merendar.
Águeda es el símbolo de una lucha individual por ser libre y diferente. Su dieta y su filosofía fueron su camino peculiar y único hacia la felicidad. Un camino que recorrió con una fuerza y entusiasmo admirables.
Y, hasta hoy, para mí decir Águeda era decir salud. Por eso nunca hasta hoy he sentido más de cerca lo irracional que puede llegar a ser la muerte...
Sé que no hay palabras de consuelo para quienes más la quisieron, pero sí quiero hacerles llegar mi ánimo, mi simpatía y mi solidaridad.
Mª José Collado
No he podido, ni querido, evitar que se me cayeran las lágrimas al leer la carta de Lidia y los comentarios. Es verdad que esta siendo una época complicada en el pueblo, pero siempre nos queda el apoyo de unos a otros y ver como quién lo ha pasado mal sigue teniendo fuerzas para sentir el dolor de los demás. A pesar de que, por supuesto, no todo es de color de rosa, me siento afortunada de ser de este pueblo, mucho ánimo para todas las familias que están pasando un momento complicado.
ResponderEliminarEn poco tiempo se han ido dos sonrisas muy preciadas. Preciosos comentarios. Animo a todos
ResponderEliminar